Como que no siempre el amante está a mano y servidor no llega a poder satisfacer todo lo que necesita mi esposa, he tenido que pedir ayuda a la tecnología. Celebramos su cumpleaños con un día de compras que acabo en un sex shop comprando este juguetito.
El dependiente nos ayudo mucho a escoger el modelo y respondió a todas las preguntas, dudas y comentarios que le hizo, quedándome yo en un segundo plano muy apartado, sirviendo sólo para pagar el regalito y sufrir un poquito de vergüenza cuando ella me comentó que quizás el juguete que deberíamos comprar era un arnés para mi y cuando le pregunto al dependiente,en vez de a mí que tal le quedaría un modelito de lencería, que también compramos pero que guarda para estrenar con su amante.
Hay juguetes muy muy morbosos!
ResponderEliminarHay que perderle el miedo a los juguetes. Con tu pareja te lo puedes pasar genial.
Saludos desde el sur de España!